quarta-feira, 23 de junho de 2004


"El cansancio de la vieja Europa" - George Steiner

"... Nuestros estudiantes se van a Estados Unidos a ganarse la vida. Pero no todo es cuestión de dinero. Al otro lado del Atlántico se respira una esperanza, una energía que sólo encontramos ya en dos países europeos: España e Irlanda. En Dublín, donde el 50 por ciento de los habitantes tiene menos de 25 años, hay una auténtica explosión de energía que afecta a la literatura, a la creación teatral. España vive el gran milagro de la lengua española, que vuelve de América Latina como un boomerang. América Latina es hoy tierra de grandes escritores, poetas y novelistas que refuerzan la sensibilidad española con una especie de inyección de vigor y alegría. (...)
El problema es la irremediable decadencia de Europa, decadencia debida a la fatiga, a una fatiga enorme. Acabo de regresar de Alemania, donde me han concedido un premio. En todas las casas hay una placa que recuerda: "Tal día de 1944 o 1945 aquí murió...". Hay una palabra alemana de la época de Kafka, interesante y difícil de traducir, que más o menos significa estar cansado del mundo. Es un absurdo que, sin embargo, puede tener un significado psicológico muy grave, como si hubiese habido un exceso de Historia (...)
He vivido un tiempo en Princeton y luego en Cambridge. He pasado toda mi vida entre los príncipes de la ciencia, así como me hubiese gustado vivir en Florencia entre los pintores del Quattrocento. Desgraciadamente, nos hemos vuelto tan perezosos... Novelistas como Musil, Thomas Mann o Proust todavía trataban de entender, de encontrar la metáfora, esa metáfora que es siempre traducción entre diferentes esferas. Pero hoy, cuando vemos en qué estado se encuentra la novela, esa novela que debería ser nuestro instrumento de debate y de percepción, la metáfora puente entre mundos y saberes, en fin, no necesitarán que les diga dónde nos encontramos... Recuerdo una expresión francesa intraducible al inglés o al alemán: "Señor mío, eso es sólo literatura". Es una expresión que me obsesiona. Hoy, por desgracia, la "literatura" ha ganado terreno. (...)
Cuando su joven amigo Gustav Janouch, casi histérico de angustia, le pregunta: "Pero, Franz , ¿es que no hay esperanza?", Kafka responde: "Sí, y en abundancia, pero no para nosotros". Esto resume la pregunta que ustedes hacen. Yo no soy psicólogo ni historiador, y mucho menos sociólogo. Pero si intentamos entender la fenomenología del sufrimiento en nuestra Historia, tal vez nos preguntemos por qué las ideas más hermosas desembocan en el horror. (...) [La Nation, 20/06/2004]